La pelea que nunca acaba

Finalmente se termino ese combate que saco todo de ti. Estas cansado con la respiración agitada y sintiendo que tu corazón quiere irse de vacaciones por la presión a la que se encuentra sometido. Si eres un kendoka experimentado, sabrás que debes controlar tu resistencia casi sin pensarlo para así poder continuar. El problema surge que en ocasiones aparecen contrincantes difíciles. Con una postura o kamae difícil de derribar. Con ataques múltiples y rápidos, que sacan todo de nosotros hasta el punto de confundirnos, sorprendernos o peor aun, llevarnos a dudar de nuestra propia habilidad. Si te has encontrado con un oponente con estas cualidades muchas han sido las veces que has fallado. Muchas serán las veces que el oponente te sorprenderá con un ataque inesperado y mientras se desplaza te dejara inmóvil, pensando como rayos hizo, porque no lo bloqueaste o hiciste...