Primer Dan

Fue un domingo tranquilo por naturaleza, pero estropeado para mi. No por los nervios de llegar al rango, sino por una noche ajetreada con un alcohol desconocido, fuerte y con un grupo de samurai, quienes fueron mis maestros para luego convertirse en una hermandad. La mañana del examen todavía sentía los efectos del fuerte ron, revolcándome el estomago y amenazando con hacerme vomitar. Pensé por un segundo, como seria yo capaz de tomar este examen bajo esas condiciones, mucho menos conducir. No obstante no había lugar para marcha atrás. Económicamente no me era viable viajar a tomar un examen y la única opción para perderse una oportunidad como esta, era muerto. Por lo tanto como desperté temprano a causa de los malestares en el estomago, mi madre comprensiva como de costumbre, me preparo una sopa caliente con vegetales y una mezcla de limón con agua y un poco de " baking soda". Media hora de descanso, mientras preparaba mis cosas fue suficiente para sentir ...