Cuestión de elección









      El día después de la pelea de boxeo entre Cotto y Mayweather, en la que por alguna razón todos sabían que Mayweather iba a ganar pero como quiera queda la esperanza, surgió un singular tema en el mundo cibernético entre un compañero de clase, nuestro profesor y este que escribe. El primero decía que había apostado. El segundo criticaba el boxeo desde el punto de vista humano y psicológico. Yo me incline a decir que es una cuestión de elección. El profesor, una persona muy inteligente cabe destacar, me dijo que mis pensamientos era unos completamente colonialistas (ya que vivo en Puerto Rico y somos una colonia de Estados Unidos) a lo que yo no entendí que tenía que ver una cosa con la otra. Sus razones tendrá para pensar asi. Sin embargo dada la circunstancia eso me motivo a escribir las siguientes palabras para, en el caso de que el Profesor se motive a explorar mi blog y para beneficio de cualquier otra persona, dejarle ver mi punto de vista de las cosas. De nuevo digo, es cuestión de elección.

         Dejando de lado las teorías o técnicas de control mental de las masas o personas individuales, influencias externas que nos llevan a tomar decisiones o a creer que hacemos lo que nos gusta, cuando en realidad seguimos los deseos de otros; voy a dejar las cosas simples o mejor dicho, como se supone que sean. Siguiendo  esa premisa todos elegimos lo que nos gusta desde pequeños. A unos les gustan los vegetales a otros solo unos cuantos. A otros los ejercicios, ver televisión, jugar videojuegos, tipos de música distintos etc.

         En el campo de los deportes si un joven se decide por el boxeo o baseball, rápido piensan en dinero. Sin embargo ambos deportes conllevan una disciplina extensa. Que uno juegue baseball no significa que será un buen jugador. Pues a veces se requieren unas destrezas especiales. Sin embargo las limitaciones se las pone uno mismo. Y que uno practique para ser boxeador no significa que se hará millonario de la noche a la mañana.

         Ahora en lo personal a mi no me gusta el boxeo. Es una sencilla forma de desbaratarse la vida. El cuerpo fue diseñado para aguantar golpes y sostener la vida. Pero tampoco para que se abuse de este a propósito. Si vamos a los aspectos científicos del boxeo, donde sumamos velocidad, fuerza, distancia y finalmente el impacto recibido, el cerebro se estremece al igual que los demás órganos al recibir un golpe. No importa cuantas veces el boxeador se mueva de un lado para otro, será golpeado en algún momento. Centenares han sido las historias de boxeadores famosos que han sufrido lesiones serias, problemas nerviosos y hasta la muerte a causa de golpes sufridos. ¿Ahora es todo esto a  lo que se expone un boxeador por el dinero? ¿Por satisfacer las necesidades de una sociedad amante de la violencia?

         Toda practica de un arte marcial o deporte empieza por el gusto o pasión por el mismo. Se practica incansablemente no siempre pensando en la fama. Algunos lo hacen, pero al ser esa su única meta, tienden a ser personas vacías a mí entender. Las prácticas son intensas, los sacrificios son muchos. Pero es algo que llena o completa a esas personas que practican. En el caso del boxeo conocen los peligros a los que se exponen cada vez que suben a un ring. Pero algunas personas aprenden a vivir con eso. Una de las razones por las cuales practico Kendo es porque lo considero seguro, bajo las circunstancias y aun así tiene sus riesgos. Siempre he querido practicar un arte marcial pero que sea igual de fluido que el Kendo. Nada que me ponga en posturas rígidas. Ahora bien solo practicarlo para en el caso que tenga que defenderme. No pretendo competir ni entrarme a cantazos con otro. Nunca he sido fanático de estar recibiendo golpes sin necesidad. Aun así los torneos de artes marciales en su mayoría prohíben golpes a la cabeza y se usa protección para el área central del cuerpo, casco, guantes etc.

         Por más que los hombres encargados de estudiar la psicología y el comportamiento humano, lo critiquen, lo analicen, le busquen mil trescientas vueltas al asunto, la realidad será la misma, es una cuestión de elección. Hay quien vive, sueña, respira, come, orina y evacua boxeo. Hay quien se desvive por las artes marciales sea cual sea su elección. Otros son amantes de la música, los distintos tipos de arte y aborrecen cualquier tipo de violencia. Ahora eso es cuestión de percepción. Porque cualquiera que nos ve en el dojo entrándonos a palos, piensa que somos unos locos frustrados fanáticos de “Star Wars”. Pero nosotros los practicantes de Kendo, tenemos una razón particular para hacerlo. Entre nosotros nos entendemos y solo conocerás los misterios del Kendo cuando te interese, practiques y te mantengas. Al igual que con todo lo demás.

         Igual que la decisión por nuestros estudios, pareja, comida, colores y religión. No creo que ningún artista marcial, deportista y atleta piense en lo que la sociedad pensara de él. Porque muchas veces critican más de lo que aportan. Más bien piensa en el asunto que tiene al frente. En lo que olvida, lo que añora, lo que desea, lo que busca, lo mucho que ha practicado para este momento y a la vez no piensa en nada. Olvida. Siente paz. Inexplicable quizás. Pero en ese momento esas personas en particular en cada área, están en su mundo. Uno muy lejos de este y que sobre todo eligieron estar.


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