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Traducido del libro: Flashing Steel
Mastering Eishin Ryu Swordmanship Primera Edición
Un factor muy importante del entrenamiento de un samurai era aprender a morir con honor. Enfrentarse a la muerte (indirectamente en el dojo o en el campo de batalla) era una rutina diaria para el samurai. Parte del entrenamiento de un samurari era una completa instrucción en las propiedades del suicidio ritualista (seppuku), realizado al cortar y abrirse el abdomen. Un samurái también era entrenado para actuar como “kaishaku” o asistente, en la eventualidad que uno de sus compañeros tuviera que cometer seppuku, siendo entrenados en la etiqueta y la técnica de este papel tan importante. Incluso las mujeres de rango samurai eran preparadas para realizar el ritual suicida; acompañado de un método visto con gentileza; cortarse el cuello.
Uno de los preceptos del samurai era su declarado propósito: “shinu kikai o motomo” (“buscando la oportunidad de morir”). En occidente esto siempre se interpreta como un exagerado deseo suicida entre los samurai. Una perspectiva que reduce a guerreros alocados, quienes se lanzan a la batalla, al parecer sin motivo, como si sus vidas no valieran nada.
Aunque al aplicar el principio de “shinu, kikai o motomo, los samurai se sentían capacitados para enfrentar a sus enemigos, exponiendo su propia vida sin temor alguno, esto no era por la razón expuesta por esta vacía interpretación.
En lugar de eso el samurai creía que su vida tenía un valor incalculable. Era entonces una noble o justa causa, lo que lo llevaba a arriesgar o sacrificar su vida. Por consiguiente en la búsqueda de la oportunidad de morir, lo que el samurai realmente buscaba era una razón para vivir. Como samurais modernos no podemos esperar o realizar menos.
Enfrentarnos a la muerte en nuestro entrenamiento nos ayuda a concentrarnos en las cosas verdaderamente importantes en nuestras vidas; como lo son la familia, relaciones personales, fuerza de carácter y así sucesivamente. De esta forma “shinu kikai o motomo” nos guía a decidir por lo que realmente vale la pena vivir. Cuando empezamos a concentrar nuestros pensamientos, ideas y deseos en esta forma la mayoría de los complejos, áreas grises y dilemas de la vida son removidos de nuestro camino. Ya no permitiremos que las trivialidades de la vida y distracciones, los cuales complican tanto la vida de la gente, sea un factor en nosotros.
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