Crónica de la enfermedad y muerte de mi Padre ( primera parte)

La crónica de la enfermedad y muerte de mi padre.

( Esta crónica la empece antes de la muerte de mi padre. No pensé que fallecería. Bueno es rara la vez que la muerte avisa o pensamos que nos tocara a nosotros. En fin, luego de mucho pensamiento y de sacar fuerzas para hacerlo, decidí dejar la crónica hasta donde llegue y empezar donde me toco verlo partir. Por lo general dejo el titulo de lo que escribo para el final y no pensé que le añadiría la muerte.Espero a través de estas lineas redactar de la mejor forma posible como mi padre sufrió, murió y el proceso de aceptación de mi familia y el mío, el cual apenas comienza. Espero sea de su agrado)


Yo no hablo mucho sobre la enfermedad que sufre mi padre. Quizás por lo difícil de la situación, el inminente peligro de muerte en el que se encuentra o posiblemente porque no existen las palabras correctas.

A mi padre se le desarrollo un tumor canceroso en el estomago. Fue preocupante por la condición la cual es sinónimo de muerte para muchos. Pero también nos llenamos de valor como familia, pues al recibir esa primera noticia pensamos que el tumor solo se encontraba en el estomago. La idea de minimizar el problema como parte de la esperanza es parte de la naturaleza humana.

Luego de unos exámenes minuciosos se descubrió una metástasis en el hígado y extrañas masas alojadas en los riñones que requerían un estudio mas riguroso para saber si eran cancerosas.

Ahora era imposible operar ( por no decir suicida) debido a que esto solo podía regar la enfermedad por otros órganos y acelerar la gravedad de la enfermedad.

A mi papa, quien tiene 75 años, no se le dieron muchas opciones. Un medico, de los primeros que lo han visto, lo encontró muy débil para la quimioterapia y casi aseguro que en vez de ser el cáncer quien terminara con su vida, seria el tratamiento.

Bajo esa circunstancia mis tres hermanos y yo tuvimos posiciones encontradas y como no pudimos ponernos de acuerdo, dejamos que mi padre decidiera lo que el quisiera. El opto por la quimioterapia experimental. Un supuesto tratamiento nuevo que frena la enfermedad. Creo que las palabras describieron muy bien esto, frena la enfermedad, no la cura.

Para los médicos mi padre no tiene cura. Es solo cuestión de tiempo hasta que el tratamiento sea demasiado fuerte para su organismo soportarlo o hasta que el cáncer cree una resistencia contra la quimioterapia y hasta se "alimente" del nivel de acidez corporal que esta crea esparciendose con mayor rapidez en vez de frenarse.

A pesar de esto, gracias a Dios primeramente, hemos contrarrestado los efectos de la quimioterapia con alimentos naturales. Entiéndase por esto la guanábana, la moringa etc. Nada de carne, grasas, leche o derivados y azúcar. Muchos vegetales y viandas, molidas todas pues su estomago a causa del tumor y la quimioterapia no lo soporta de otra manera.

Para que tengan una mejor idea de la importancia de la alimentación y lo natural en este proceso les diré que a mi padre se le asignaron seis quimioterapias y para poder recibirlas, debe cumplir con unos requerimientos importantes. Estos son, un laboratorio que dice como esta su nivel de hemoglobina, glóbulos blancos y los minerales esenciales en el cuerpo entre otras cosas.

Si alguno de estos requisitos no se cumple mi padre no puede recibir el "tratamiento" y por consiguiente debe regresar para una próxima sección. De todos los que reciben quimioterapia con el, mi padre es el único que no ha faltado nunca a ninguna de sus terapias. Esto se debe a que los laboratorios encuentran todo en normalidad. Como dije antes, le debemos esto primero a Dios y luego al excelente cuidado brindado por su esposa y nosotros los hijos.

La mayor carga no obstante es para ella. Quien esta con el 24 horas al día y esta devota a cuidarlo de todas las formas necesarias. Pero no importa de que manera se disfrace la realidad es que los efectos de la quimioterapia son devastadores.

Mientras los médicos aseguran ver mejoría en el frenado de la enfermedad en el exterior vemos a una sombra de lo que era nuestro padre. Nuevamente para que entiendan un poco mejor de lo que les hablo, les describiré brevemente como es mi Papa.

Mi Papa es uno de estos hombres dominicanos de fuerte carácter. Creció sin su padre, por lo que tuvo que hacerse hombre antes de tiempo. Desde niño trabajaba para ayudar a mi abuela y bisabuela respectivamente. No conoció otra cosa que no fuera trabajo y responsabilidad.

Aun así tiene una personalidad llena de vida. Su carácter es fuerte, sus bromas y ocurrencias lo hacen único. Siempre tuvo mas animo que cualquiera de nosotros y tiene una habilidad para simplificar las cosas dentro de la crisis. Para El, no existe problema difícil y obstáculo demasiado grande. Era un total sacrilegio decir que no se puede sin ni siquiera intentarlo.

No esperes palabras lindas y cultas de sus labios. Antes espera un insulto y una motivación para que te muevas o te salgas del camino. En mi caso mi Padre siempre me dio todo lo que desee de niño. Hasta que me dijo que se había acabado mi tiempo y a regañadientes me puso a trabajar.

El es la motivación y la fuerza de todos. Por lo tanto verlo enfermo, hasta el punto que no pueda casi hablar, nos ha tocado de maneras distinta a cada uno de nosotros.

Por ejemplo mi hermano mayor ya no conduce las guaguas de trabajo. Siempre que lo hacia, estaba mi Padre en el asiento del pasajero y aunque discutían a cada rato, ese era el puesto fiel de mi Papa y había que bajarse y dejarlo al frente. Costumbre o tradición; yo lo veo mas como respeto. Tampoco le gusta ver los tratamientos y lo que se ha transformado en la eterna búsqueda de la aguja a la cual es sometido mi Papa cada vez que le van a realizar algún laboratorio.

Mi segundo hermano es un ser controversial y de personalidad tan parecida a la de mi Papa que por esa causa no se llevan muy bien bajo causas normales. No significa que no lo quiera, al contrario es el que mas trabajo pasa para asimilarlo.

Esta mi hermana quien es la enfermera de la familia y es quien se encarga de suministrarle los medicamentos inyectados, entre otras cosas media complicadas. Ella al ser enfermera tiende a ser la mas fatalista de todos y hasta cierto punto puedo entenderla.

Entonces estoy yo, al quien acusan a veces de no importarle nada por la extraña distancia que tomo a veces. Pero hay muchas cosas que prefiero escucharlas y no recordarlas para el resto de mi vida. Mi Papa siempre le gusta escuchar mi sinceridad. Y a mi me ha gustado ser sincero con El, aunque sea para sumergirnos en una diferencia de pensamiento que olvidaremos cinco minutos después.

Estuve viviendo en su casa un tiempo en lo que se arreglaba el apartamento donde me iba a mudar. Su esposa estaba en la República Dominicana donde seria intervenida quirúrgicamente de las dos rodillas. Como tenia mucha familia allá, el proceso de recuperación seria mucho mas sencillo y a su vez recibiría muchas atenciones. En ese tiempo fui yo quien lo acompaño a sus primeras visitas al gastroenterologo y quien se quedo con El en muchas visitas al hospital.

Fui yo quien leyó los resultados de las pruebas que le hicieron y que por mas que intente evitarlo, me espero despierto hasta la madrugada, esperando a que le dijera y me dejara de rodeos. Me toco a mi darle la noticia de que tenia Metastasis y tuve que explicarle lo que esto significaba.

(Hasta aquí fue lo que escribí originalmente semanas antes de su muerte. No lo termine por la mezcla de emociones que esto representaba para mi prefiriendo reservarme todas estas cosas. Confieso haber tenido una lucha con esto sobre si debía publicarlo o no. Ahora, no es que yo sea un gran escritor o tenga un club de fanáticos ni nada por el estilo. Sin embargo continuaba siendo un aspecto de mi vida muy difícil de narrar y expresar en palabras. Recordé entonces el propósito de mi blog. Yo deseaba expresar mis experiencias como kenshi mas allá del shinai y la armadura. Quería dejar ver como el Kendo me ayudaba en el diario vivir y como nosotros debemos enfrentarnos a las cosas de la vida, la gran mayor parte del tiempo sin un sable en las manos. Luego pensé que la historia de valor, sufrimiento, preparación, entrega y muerte debía ser contada. Los testimonios de mis hermanos, mi madre, primos, tíos y el mío personal dejaban ver la evidencia suficiente de que mi Padre partió con Dios y paso por una experiencia que nosotros llamamos sobrenatural. Como mi Padre a través de su enfermedad logro unirnos como hermanos y familia, dejando nuestras diferencias estúpidas de lado por una misma causa. Dejándonos ver cuanto nos queremos. Es una experiencia que debe ser contada, no solo para nosotros si no para aquellos que puedan estar pasando por una experiencia parecida. Espero, como dije antes, que esto sea de su agrado y reconozcan la dificultad y el sentimiento con el que escribí estas lineas).

Preparación

Meses antes de su diagnostico mi Padre mostraba unas conductas que no iban a tono con su dureza. Este hombre quien parecía no creer en la luz eléctrica, tenia conversaciones cortas sobre el tema de Dios conmigo. Lo recuerdo ahora, después de un tiempo de análisis. Me llamo un poco la atención, pero deje de prestarle mayor importancia con rapidez.

Luego al cabo de otros días, dejo sus creencias en santos, como su nueva esposa creía en ellos y dejo de andar con esos afiches en su carro. Creo que yo tuve que ver con eso varias veces pero no puedo recordarlo con exactitud.

Cuando vivi varias semanas en su casa, me impresiono verlo viendo canales cristianos y no para quedarse dormido. Los escuchaba y veía con atención. De nuevo fue algo que me dejo perplejo. Tanto como para intentar analizar esta conducta.

Me acorde de la historia del samurai Miyamoto Musashi, quien después de haber participado en tantas batallas y matado tanta gente, se canso de todos estos duelos, derrame de sangre y guerras; motivandose entonces a buscar algo mas para su vida. Quizás sintiendo un vacío en su interior.

Era posiblemente por la misma etapa que pasaba mi Padre. Aunque no dejaba de ser como era, ciertamente ya se molestaba menos y tomaba las cosas con mas calma. Habían muchas cosas que le resultaban irrelevantes y después de todo lo vivido se daba cuenta de que le faltaba algo.

Pensé también que como su esposa se encontraba en Santo Domingo operandose de las piernas y el estaba solo, tenia mucho tiempo para pensar.

Ahora bien, por meses consecutivos mi Padre sufría de dolores de estomago. Este quien todavía trabajaba, a veces se sentaba por no aguantar los dolores y pensaba que era una simple ulcera pues toda la vida sufrió de problemas estomacales. En esos días mi novia, quien es enfermera, entro a trabajar con un gastroenterologo y mi Padre me pidió el numero de teléfono (recuerdo que tuvimos una discusión sobre eso, pero era normal discutir por estupideces y olvidarlo a los cinco minutos) del gastro. Luego que se lo di pospuso la cita por un sinnúmero de excusas.

Que si no tenia tiempo, se le olvidaba, estaba cansado y el gastroenterologo trabajaba hasta las dos de la tarde y a esa hora todavía estaba trabajando. Lo cierto era, ahora que lo pienso y lo analizo, que mi Padre no quería recibir malas noticias. El era terco como una mula y detestaba los hospitales. Aparte al volverse a casar (después de mas de 30 años de casado con mi madre) y meterse a pagar una casa nuevamente como si fuera joven, y para colmo con su esposa enferma necesitando ayuda económica para su operación y recuperación, mi Padre descuido su alimentación sin darse cuenta. No tan solo eso también su salud.

No lo hizo con intención. Pensaba, como tuvo que pensar desde corta edad, en las responsabilidades que tenia y debía cumplir, en el hogar y por supuesto en la esposa. Para El las responsabilidades eran primero y no le importaba acostarse sin comer por pagar.

A sus 75 años trabajaba en construcción por así decirlo. Lo que hacia junto a mi hermano eran cosas ya livianas, sin embargo a veces se esforzaba como cada uno de nosotros los trabajadores. Lo ayudábamos en lo que podíamos por su edad. Bueno básicamente su ayudante preferido era yo y no porque yo fuera el indicado, sino porque nadie mas lo soportaba.

Ahora bien mi Padre no era malo, pero si muy extricto. Para El nadie hacia nada bien, la mayoría del tiempo todos éramos unos vagos y hacíamos porquerías. Eventualmente uno se acostumbra. Primero porque es mi Padre y segundo porque intentar ir al paso acelerado de El era difícil, por lo que quizás tenia algo de razón en sus palabras. A lo mejor bajo circunstancias normales mi Padre se hubiera retirado y estaría tranquilo. Pero mi Padre no era un hombre normal y mucho menos soportaba estar tranquilo o sentado mucho rato.

Debido a la condición y tipo de cáncer de mi Padre, esto venia trabajándole en su contra desde hace mucho. No obstante la buena alimentación y el constante movimiento, sinónimo de ejercicio lo mantenían a raya o con síntomas mínimos y que eran fácilmente confundidos con otra cosa.

Ahora bien, voy a hacer un pequeño paréntesis. El estar recordando algunos incidentes, trae a mi memoria algunos sucesos que son difíciles de expresar. Como palabras que no tuve que haberle dicho enojado o decisiones que el pudo haber tomado y quizás se hubiera detectado todo mas temprano. No vale la pena recordar esas cosas ya, pues solo causan mayor sufrimiento; pero de cualquier forma es imposible no pensar en ellas.

Estoy seguro que mi Padre nunca pensó que esto podría pasarle a El mucho menos nosotros. Estas enfermedades las vemos todos los días en familiares, amigos y desconocidos. Escuchamos las historias, vemos el sufrimiento y nunca pensamos que puede ocurrirnos a nosotros. Quizás como un medio de defensa, descartamos la idea inmediatamente continuando con nuestra vida y pensando en otra cosa.

Mi padre acudió solo a buscar los resultados iniciales de la endoscopia. No nos dio muchos detalles sobre lo que le dijo aquel medico donde trabajaba mi novia. Pero si fue claro, preciso y sin tapujos.

Los resultados de la biopsia regresaron mostrando que las masas en el estomago eran cancerosas. Nada mas había que decir, mi Padre tenia cáncer.

Esperanza

Dicen que la esperanza es lo ultimo que se pierde y mi Padre tuvo esperanza hasta su ultimo aliento de vida. Cuando la noticia llego todos los hermanos reaccionamos de una manera diferente. Sin embargo todavía quedaban unos estudios por hacer los cuales eran los mas importantes a mi entender.

El CT Scan es un estudio de radiografía que muestra el interior del cuerpo humano. Seria este estudio el que dejaría ver si el cáncer de mi Padre solo estaba concentrado en el estomago o si se había extendido a alguna otra parte del cuerpo.

Cuando el dolor de estomago de siempre atacaba a mi Padre, este se irradiaba por el área abdominal y hacia la parte baja de la espalda. El siempre asociaba el dolor de espalda con unas vértebras fracturadas ya hace mucho años por caídas que sufrió trabajando. La mala costumbre del ser humano de estarce auto diagnosticando como si fuera medico o para calmar los nervios y el posible presentimiento de que algo no anda bien en nuestro cuerpo.

La esperanza de mi Padre y de todos nosotros como familia era que el cáncer se mantuviera solo en el estomago. Si era así a pesar de que continuaba siendo una situación difícil, el mismo se atendería como un tumor y podría ser operado. Mi padre era un hombre fuerte acostumbrado a trabajos duros; aparte tenia mucho animo y deseos de vivir.

Las primeras reacciones que me toco ver mientras estuve viviendo con el , era de incertidumbre y optimismo. Siempre decía cosas como: "mira lo que me busque por no cuidarme" o como " esto me pasa por no querer parar de trabajar" entre otras cosas.

Yo que me sentaba con el a hablar, intentaba darle todo el animo posible quitándole las preocupaciones. La estrategia estaba casi marcada. Estábamos casi seguros ( probablemente como otro medio de defensa) que el cáncer no se había extendido mas allá del estomago. No queríamos pensar otra cosa, excepto que mi padre saldría pronto de esto. En medio de esos pensamientos acompañados de esperanza, los resultados del CT Scan llegaron para de nuevo cambiar toda la partida.

Recuerdo que mi hermana quien es enfermera quebranto en llanto, lejos de mi Padre, pero que su cara de preocupación fue suficiente para dejarnos saber que algo no andaba bien. Ella no se atrevió a darle la noticia a mi Padre, pues los resultados eran en ingles. Ella recuerda como mi Padre, casi con desespero y a raíz de tanto misterio, deseaba entender que decían los resultados. Estaba seguro que si hubiera sido algo bueno, mi hermana se lo hubiera dicho inmediatamente pues es enfermera y entiende muy bien esos asuntos médicos.

Me toco a mi llegar a la casa y verlo con rostro preocupado en su cuarto. Me explico que los resultados habían llegado, pero que había que esperar a acudir al medico. Yo estuve a punto de dejarlo así, pero mi Padre me busco el sobre amarillo y pasandomelo dijo: " Tu sabes Ingles, dime lo que dice ahí". De nuevo quise escabullirme de la situación. No obstante note sus manos temblorosas y su mirada fija en mi. El Kendo me había enseñado a fijarme en los detalles para usarlos contra mi oponente. Pero no me enseño a desconectarme para no usar esas pequeñas virtudes en momentos como este.

El hombre que tenia en frente no era mi oponente. Era mi Padre. El fuerte hombre que me enseño el valor del trabajo, que siempre me complació en lo que se me antojara hasta que me dio una pala y me puso a trabajar. Hombre simple, humilde de gran sabiduría y que veía las cosas antes de que sucedieran. Pero la palabra lo decía, era un hombre y como tal, estaba nervioso, temeroso quizás por vez primera de que podría estar amenazando su vida.

Sin opción tome el sobre con ganas de ofrecerle respuestas y curiosidad. Yo también deseaba saber que andaba mal con mi Padre, pues mis hermanos a veces se volvían toda una maraña de misterios. Quizás en lo que ellos procesaban la información y buscaban la mejor manera de decirlo.

Recuerdo haber ido al Burger King cerca de la casa de mi Padre el cual abre 24 horas para usar el wifi y poder traducir bien cualquier palabra medica que no entendiera sus significados he implicaciones.

Estaba un poco nervioso sin deseos de conocer pero a la vez no podía detenerme. Lo que encontré me hizo perder la esperanza que tanto guardaban mis hermanos y pude entender entonces, su hilo de misterio.

Mi Padre tenia un tumor en el estomago, de eso no cabía duda. Pero el CT Scan revelo masas cancerosas en el hígado y riñones. En los riñones no quisieron (o no pudieron) ser tan específicos, por lo que recomendaron unos estudios adicionales para saber que eran esas masas. Aparte de eso hablaron de la antigua fractura de la que mi Padre tanto hablaba en las vértebras y residuos de acumulación de polvo en los pulmones. Algo en su corazón ( lo cual no recuerdo ahora) se hallaba levemente calcificado. Pero el estudio explicaba claramente que esto era normal en las personas mayores de 50 años.

No recuerdo exactamente como me sentí esa noche. Mentiría si digo que llore. Tampoco recuerdo sentir tristeza o desanimo. Quizás bloquee ese instante como un medio de defensa. Hice lo que hago en ocasiones sin darme cuenta; pretender que esto no era importante. Aun con lo fuerte que era mi Padre en personalidad, no me atrevía a aceptar el desgaste físico notable. Este era fácilmente confundido con la edad o el hecho de que mi Padre comía cosas naturales desde hace tiempo.

La realidad era muy distinta. A pesar de conservar su animo mi Padre llego al punto de no poder sostener nada solido en el estomago. Fue por esa razón, que finalmente decidió ir al gastroenterologo. Notábamos su perdida de peso, pero el continuaba tan animado como siempre y rara la vez, por no decir nunca, se quejaba. De hecho no solía quejarse, pero el rostro de dolor, mientras conservaba su silencio decía mas que mil palabras.

(En esta parte del relato voy a describir lo que para mi llevo al desarrollo acelerado de la enfermedad. Estamos conscientes de que un cancer con metastasis no aparece de la noche a la mañana. Sin embargo algunos factores pueden llevar al desenlace menos esperado.

En el caso de mi Padre empezare diciendo que su primer problema fue psicológico. No se le hacia fácil asimilar su edad y el hecho de tener que tomar las cosas con calma. Incluso el concepto de retirarse. Es por esa razón que se hizo de responsabilidades no aptas para una persona de su edad, como el comprar una casa cuando tenia 69 años. No se los detalles exactos de como ocurrió ese proceso, pero ya ustedes muy bien saben que los bancos están medios locos en estos últimos años.

La mujer con la que se caso prometio ayudarlo a pagar la casa, pero se declaro enferma de las rodillas al poco tiempo después. Por lo tanto era mi Padre quien corría con todas las cuentas solo y aunque recibía el seguro social, de igual forma se veía apretado de vez en cuando. Quien conociera a mi viejo en tiempos anteriores, sabría lo orgulloso que era y como le gustaba mostrar cuanto dinero tenia al tener que pagar algo. Sin embargo, en los últimos años andaba con bolsitas de monedas, lo cual no tiene nada de malo, pero en el caso de mi Padre era un duro golpe a su orgullo.

Su esposa se fue para República Dominicana para operarse las piernas. Lógicamente la situación económica en la vecina isla se complico, cuando el plan medico no cubrió la operación y el tratamiento. Mi Padre tuvo que tomar dos prestamos bancarios de mas de dos mil dólares cada uno para ayudar a su esposa. O al menos eso suponemos. En medio de todo este embrollo , mi Papa descuidó su buena alimentación. Eso lo descubrí los días que vivi en su casa. La nevera estaba llena de comida de distintos restaurantes y algunos de comida rápida. Este patrón llevaba meses.

Sumándole a la presión estaba el cansancio natural de la edad y los síntomas que ya llevaba meses presentando he ignoraba. Al principio se tomaba cualquier pastilla para el dolor de estomago y esto lo aliviaba, pensando entonces que su problema no debía ser nada grave. Fue luego de dos accidentes que tuvo trabajando en los cuales se vio en un forzado receso y mi hermano buscaba la mejor forma de obligarlo a retirarse sin herir su orgullo, pero sobre todo para no llenarlo de tristeza, que mi Padre decidió por fin irse a revisar el estomago no aguantando el dolor mas tiempo, como explique antes)

La mejor forma de no tener que darle la noticia de mi hallazgo, era si el se cansaba de esperarme y se acostaba a dormir. Asi que espere en el Burguer King ya que estaba abierto 24 horas, hasta cerca de las 2 de la madrugada. Cuando llegue a la casa lo encontré para mi mala suerte, viendo televisión, igual de ansioso y molesto por tardarme tanto. Le pregunte porque no se acostó a dormir y con molestia me dijo que esperaba por mi. El nunca hacia eso por lo que pude entender que aun yo llegara a las 12 del mediodía del próximo día, mi Padre estaría desvelado esperándome.

Aun asi intente evadirlo varias veces mas, lo cual probo ser imposible. Estaba forzado a decirle por lo que tuve que buscar las palabras menos dolorosas para los dos. No recuerdo con certeza las palabras que use para comunicarle la gravedad de la situación. Lo que si puedo recordar es que en ningún momento quise quitarle la esperanza. No trate de hacerle ver que moriría, porque yo no creía eso. En vez le hice creer que tendría que luchar por sobrevivir,como siempre lo había hecho hasta ese momento.

Recuerdo como mi Padre se quedo tieso en la silla sin mover un músculo. No emitió ningún comentario, mucho menos irrumpió en llanto, como quizás hubieran reaccionado otros. Se mantuvo en silencio por un lapso que pareció una eternidad. Allí me quede sentado junto a El en aquella madrugada difícil de olvidar. Finalmente con voz decidida mi Padre se atrevió a decir, lleno de convicción y la confianza de siempre:

" Hay que meterle mano a esto. Quimioterapia y operarme después a ver que pasa"...

Yo solo pude acceder al ver la confianza que el siempre brindaba por los años, la experiencia y todo lo que había pasado a través de su vida. Mi Padre no se rendiría, porque no estaba en su naturaleza. El era el hombre quien decía " nunca digas que no se puede sin intentarlo" y ahora haría honor a sus palabras.

Aunque una operacion estaba completamente fuera del panorama, la esperanza y fortaleza del Viejo era suficiente para yo creer que era posible. Mi Papa no iba a rendirse por obstinado, testarudo ni para probar su orgullo.

Mi Padre estaba como un Samurai acorralado por enemigos dispuestos a acabar con su existencia, herido pero decidido a luchar hasta el ultimo suspiro. Todo por que se ataba a la vida. Todo a causa del deseo de vivir.

Fue el comienzo de una lucha que estaba destinada a perderse desde el principio, mientras que se ganaría de otra forma inexplicable.



Comentarios