Perseguir aquello que no puede verse...





Trate de meditar el otro día, después de un tiempo considerable sin intentar tal cosa. El minuto que intente calmarme fue una total decepción. Mi mente fue abrumada por pensamientos positivos, negativos y neutrales. Imágenes de cosas pasadas, presentes y presunciones futuras. No había paz en mi mente. Bueno de hecho nunca ha existido tal cosa en mi cerebro. Pero he logrado calmar las olas hasta cierto punto.

La ultima vez que saque el tiempo para meditar fue días antes de la muerte de mi padre. Después de eso, todos los demás sucesos de mi vida pasaron con tanta rapidez, que no me dieron tiempo a acostumbrarme. Tanto así que la mayoría de emociones y sentimientos los bloqueo en algún lugar. He aprendido a través de la aceptación y la experiencia propia, que muchas cosas deben aceptarse porque no pueden cambiarse. Vivir en ellas y aprender a soltarlas gradualmente. Mi vida va muy rápido, porque no me detengo a analizarme.

He andado en lugares extraños y con gente que en otro tiempo serian rara para mi. Pero lo interesante, es que podemos tolerarnos a pesar de nuestros puntos de vista distintos. En lo que siempre busco tener cuidado es a no perder mi identidad en el proceso. Siempre me llama el camino, el misterio de la espada. El hecho de encontrarse uno mismo, cuando la verdad, no recuerdo bien quien soy.

Porque todo va muy rapido. Los tiempos, las personas, los sentimientos y las emociones. Tan rapido que no puedo articular una respuesta. Debo admitir que siempre llevo conmigo algo de tristeza. Una nostalgia llena de recuerdos y mejores tiempos. Ahora ¿quien dice que estos tiempos son malos y que los de antes eran mejores? Quizas la ausencia de algunas personas o tiempos mas simples. O tiempos donde las cosas valian mas y se tomaban en serio.

Entonces, entre tantas cosas raras, recientes eventos me han motivado a emprender de nuevo el camino de la espada. Y aunque la memoria muscular existe, la verdad es que a veces me siento como un extraño. La pregunta que se me hace es simple; ¿porqué regresas? Y el solo hecho de la pregunta es lo que me hace sentir en un mundo distinto. No conozco ni el rumbo ni la dirección. Solo se que debo hacerlo. La practica del sable conlleva calmarse. Encontrar la paciencia para ver los detalles.



La velocidad abrumadora con la que va el mundo, no se lleva con el Kendo. Me he visto obligado a regresar a la practica de lo básico. A ajustar detalles, a ver cosas que antes no veia y llevar mi mente a un ritmo donde pueda procesar las cosas. Pero lo mas importante es responder la complicada pregunta: ¿Porque regresas? La respuesta mas logica es aquella que no tiene respuesta en si...porque debo hacerlo. Porque algunas cosas se hacen sin saber exactamente el motivo. Solo el hecho de que debes continuar el camino...

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