Una madrugada cualquiera...12:36 am










   Son estas madrugadas donde el sueño no parece invadir todavía. Una tendencia común en mucha gente. A veces me inspiro a escribir, a leer y para no parecer un sabiondo la mayoría del tiempo me envuelvo viendo cosas en netflix. El descubrimiento de la música aquieta mi alma y relaja el momento. Donde a la distancia oigo el sonido de los animales nocturnos que ya pasan por desapercibidos para el oído del que vive en esta isla. Cuando veo imágenes del pasado o me veo abrumado por recuerdos inesperados, la música siempre debe acompañarme. Me ayuda a ahogar ese instante de recuerdos, en el cual me siento culpable de muchos actos. 

    Centenares son las ocasiones en las cuales me gustaría tener una máquina del tiempo para hacer muchas cosas de diferente manera. Y si vuelvo a cometer un error en determinado punto, lo cual es lo más probable que suceda, entonces volver a empezar de nuevo. Hasta que quede perfecto. Pero todos sabemos que eso físicamente no es posible. Al menos no para nosotros porque si nos vamos por las teorías…

     Son estas horas donde se tiene una tranquilidad fuera de lo común. Es quizás por eso que el sueño no puede encontrarse. Porque el cuerpo, el espíritu o el alma se preparan en esta transición para el descanso. Quizas se sacan las presiones del dia a estas horas. Pero claro, cada ser es distinto. Y son tantas las veces que he deseado escribir, pero no encuentro las palabras concretas para expresar lo que siento en el momento. Durante meses he pasado por el proceso de reservarme mis pensamientos. No obstante esto es una eterna búsqueda de la manera perfecta de expresar. A veces uno quisiera que la voz perfecta escuchara. Sin juzgar sin hacer preguntas. Solo escuchar. Y es ese el tiempo donde surgen todas estas preguntas confusas. 

      Al final, sufro del mal de pensar demasiado y actuar menos. Hasta el punto de no quedarme tiempo para actuar. Y el tiempo no perdona y los años pasan. Las buenas oportunidades le pasan a uno por el lado. La gente que antes estuvo y ya no está, crece en el proceso de una manera injusta. Porque la búsqueda de la felicidad es en realidad un proceso egoísta. Si lo piensas por un rato junto a un café, es probable que llegues a una conclusión parecida a la mía. Porque el ser humano nunca está conforme con nada. Cuando es demasiado bueno, todavía falta algo. Cuando se obtiene estabilidad, busca ir mas allá; porque puede…¿Quién se lo impide a fin de cuentas?

     En el proceso de andar buscando comodidad, sea cual esta sea, mete la pata, rompe corazones, destruye bosques, mata a lo que sea por ser insignificante aunque tiene el mismo derecho de vivir y no se da cuenta que en ese proceso se destruye así mismo. Pero las cosas buscan un balance y donde existe la tormenta en otro lugar existe la calma. 

     Es a estas horas extrañas que pido perdón en silencio y me arrepiento de tantas cosas. Al mismo tiempo me pregunto: ¿Por qué algunas personas son tan complicadas? ¿Qué buscan detrás de tanto reconocimiento o poder? Si al final del día…al polvo regresaremos. En cualquier momento. El chisme se vuelve tedioso. Y el posible camino, de existir alguno, pierde sentido. 

     En el proceso de tanto pensamiento, la noche se vuelve fría, como si los seres de la noche por fin hacen su aparición, aprovechando las tinieblas para hacerlas más oscuras y temibles; antes del implacable sol que viene a esconderlas y enseñarnos la luz. Antes de la aparición del sol y sintiendo la noche fría, decido tratar de dormir. Dejar los pensamientos para otro día. Aunque es imposible abandonarlos. Porque me persiguen hasta el mundo de los sueños. Con imágenes, personas, lugares y cosas sin sentido. Me da el beneficio de olvidarme de ellos luego. Como si el sol renovara toda esa oscuridad. Pero a veces tengo el privilegio de recordarlos. 

      No puedo dejar de preguntarme si quizás los sueños no son tan abstractos como quieren hacer pensar y si por otro lado, son reflejos de una realidad alterna en otro lugar o una realidad pasada. Paso la mayor parte del dia en ese pensamiento. Espaciado en ese lugar alterno, pensando si es verdad su existencia,  ¿Cómo debería estar pasándola ese otro yo en aquel lugar? Al llegar la noche y el momento de su frialdad, deseo el privilegio de volver a soñar. Pero como aves que levantan vuelo y no regresan, así son estas cosas misteriosas de la vida. Por lo tanto en la oscuridad y la frialdad de la noche me pierdo en la inconsciencia del olvido. Creyendo que no he soñado o mi mente ha descansado. Sin embargo conozco muy bien que es todo lo contrario…

Comentarios

  1. Me ha encantado leer este post, es muy bueno y la profundidad de tus pensamientos me han enganchado hasta el final. Un saludo! :)

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